domingo, 11 de septiembre de 2011

the SPECIALS. 09.09.2011. getafe open air (madrid)

Quizás fueran los problemas para conseguir las invitaciones en la puerta, que me hicieron perderme los primeros cuatro o cinco temas (desde lejos llegaba el eco de líneas de bajo grabadas en la memoria, "Dawning of a New Era”, “Rat Race”, “Monkey Man”...), quizás la polvareda que obligaba a los chavales veinteañeros que llenaba el festival a llevar máscaras, quizás que no había bebido ni una birra, quizás que 50.000 personas hacinadas no sean mi idea de diversión., quizás que pocos entre el público conocían ni una jodida canción que no fuera el “A message to you”... Sea lo que fuese, cuando volvía en coche a casa por la M-30 y comentábamos el video de “Ghost Town”, ese bajón de vuelta a casa tras noche de marcha en la tétrica Inglaterra de la Thatcher (¿o era de la Aguirre?), por un momento me vi igual: las luces mortecinas del coche, las farolas apagadas y una sensación de derrota y cansancio: “you’re wondering now, what to do, now you know this is the end”. Canciones de un grupo que marcó tu juventud, no sonaban, no podían sonar igual, 30 años después de ser compuestas. Ejecución técnica, impecable: “Nite Club”, “Concrete Jungle”, “Do Nothing”, “Stupid Marriage”, “Stereotype”, “Man at C&;A”, “Long shot kick the bucket” –que no alargaron para componer su “Skinhead Symphony”–, en una hora justita de bolo, sin siquiera un bis como concesión. Todo sonaba como tenía que sonar, al trombón podía haber estado Rico, los saltos del organista remedaban a los de Dammers. Pero el desdentado genio de Coventry no estaba ayer, y con él se había quedado el alma de SPECIALS. Sólo Roddy Radiation, guitarra rockabilly, riffs marca de la casa que tanto definen las canciones del grupo, estuvo a la altura, entregado, creyéndoselo. El resto correctos, pero a otra cosa. Igual es que no puedo o no quiero ser objetivo con ellos. Ayer tenía la sensación de que sólo si te has creído algunas cosas puedes entender lo que para algunos significa SPECIALS, y de que sólo algunos, pocos, chavales con tirantes y button-downs perdidos en la marea calimochera debían sentir lo mismo. Al final creértelo es lo que hicieron un Weller, un Strummer o un Dammers y por eso no han caído en la pantomima. Igual es que yo me lo creí y tampoco me lo creo ya. Igual es que “I'm just living in a life without meaning, I walk and walk, do nothing, I'm just living in a life without feeling, I talk and talk, say nothing...”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente crónica. Desde el corazón.

Javier dijo...

No fuimos por huir de esas 50.000 personas, pero bueno con esta genial crònica nos lo podemos imaginar. Los Specials tocaron para tì. I talk and talk I say SOMETHING!!

Juanma dijo...

Qué magnífica crónica. Qué bonito...