Y al hilo del comentario de single de los
undertones rescatamos este artículo sobre la escena de Derry a finales de los 70. Esta escrito por
mickey rooney, que tiene una pequeña web llamada '
punk in derry' y fué publicado en castellano en el ya muchas veces mencionado aquí fanzine '
do the mutilation'.

“There was music there in the Derry air like a language that we could all understand”
La frase de arriba corresponde a una canción llamada “The town I loved so well” de
Phil Coulter y para mí capta perfectamente la importancia de la música en la ciudad de
Derry. Un lenguaje universal apreciado y metido en las entrañas de la gente de
Derry.
Derry, para aquellos que no os suene de nada, es la segunda ciudad en importancia y población de
Irlanda del Norte y está dividida por un río que separa las comunidades republicanas y unionistas. Precisamente creo que por causa de la violencia política y los duros tiempos de desempleo y hambre que hemos sufrido, siempre ha sido una ciudad vibrante que continua produciendo talentos excepcionales en todo lo relacionado con el arte, y la música no iba a ser menos.
Para ser una ciudad pequeña ha dado en el pasado a músicos famosos como
Joseph Locke, y al compositor
Phil Coulter que escribió y produjo canciones de los
Bay City Rollers,
Slip o
Kenny entre otros… casi todas estas bandas formaron parte de la escena “Teenybopper” (música pop glam para adolescentes) aunque no se si esto es algo de lo que nos podamos sentirnos orgullosos o más bien avergonzados! Aunque
Coulter es realmente famoso por haber escrito “The Town I Loved So Well”, una nostálgica canción folk que cuenta en su letra la historia de
Derry y famosa por ser cantada en los pubs por todos los emigrantes de
Derry esparcidos por
Estados Unidos e
Inglaterra después de unas copas de más. Y también tuvimos ¿el honor? De ver surgir de nuestra ciudad a la angelical
Dana, breve estrella pop que ganó el festival de Eurovisión de 1970 con la canción “All Kinds of Everything” (ed: fijo que el entrañable Uribarri se la sabe de memoria). Todos estos “artistas” pertenecían descaradamente a la escena comercial, pero a finales de los 70 Derry iba a ver nacer una nueva r

evolución musical.
Mientras las calles de
Irlanda del Norte ardían y los asesinatos políticos se contaban por decenas, por no decir centenas, estaba naciendo en todo el
Reino Unido la mayor revolución musical y social que habíamos podido experimentar desde los años sesenta, nacía el
Punk Rock. En cada pueblo y ciudad las palabras “Caos” y “Anarquía” eran los mandamientos para la juventud sin empleo. Bandas como
The Clash o los
Pistols, siguiendo la estela de los
Ramones o los
New York Dolls de
Nueva York estaban sacudiendo completamente la música. Jamás se había visto algo así y la palabra “autoridad” parecía haber perdido todo el sentido para los
chavales. Como estos chicos tomaron el lema “Yo también puedo hacerlo” como dogma de fe y corrían a aprender tres acordes en su guitarra barata, todos los pueblos produjeron sus propios héroes musicales. Algunos de ellos acabarían con fama y fortuna como
Billy Idol y otros (la mayoría) simplemente disfrutaron de sus 15 minutos de gloria.
La situación no fue diferente en
Irlanda del Norte, salvo que mientras los
Pistols cantaban sobre anarquía, aquí la anarquía, el caos y la destrucción eran el pan de cada día. Teníamos suerte. Estábamos experimentando una revolución musical y política al mismo tiempo.
Normalmente
Derry ha sido considerada (aunque por suerte cada vez menos) por el mundo como una triste y gris ciudad golpeada por la violencia callejera y las explosiones de las bombas. Y realmente siendo un adolescente es casi imposible que no te afecte esto de una manera u otra. Incluso ir a ver un partido de nuestro equipo local, para escapar de las tediosas tardes de sábado, fue imposi

ble durante años ya que el club fue expulsado de la liga por un ataque cometido contra el entrenador del equipo rival. Por suerte el equipo ya ha vuelto a la liga y nos proporciona los mismos pocos éxitos y tantos fracasos como hiciera antaño.
La llegada del
punk a la ciudad proporcionó una vía de escape para muchos chavales que empezaron a acudir frecuentemente los viernes y los sábados a bares como “The Casbah” o “the Rock Club”; dos locales que pronto fueron sinónimo de la fauna más variopinta de la ciudad.
Fue en estos dos antros donde la emergente escena
punk encontró un lugar de reunión y donde nuevas bandas tenían la oportunidad de tocar sus propias canciones para un público que crecía en número cada semana.
Realmente “the Casbah” no era precisamente una sala prestigiosa y glamourosa, tal y como
Damian O’Neill de los
Undertones cuenta: “Es de justicia enfatizar el rol crucial que jugó el
Casbah en la historia de los
Undertones. Después de todo, fue el lugar donde realmente cogimos las tablas necesarias para ofrecer un directo decente, igual que lo fue el
Bierkeller de
Hamburgo para los
Beatles a principios de los 60. Sólo que el
Casbah se parecía más realmente al
Ratkeller que salía en la película de los
Rutles (n.d.e: una pelí

cula paródica que hicieron
Monty Python sobre los
Beatles). Normalmente el respetable del
Casbah lo formaban hippies con el pelo largo, alcohólicos, porreros y macarras con sus putas. Aunque realmente a nosotros no nos importaba ya que éramos felices por tener un local donde tocar dos veces a la semana en nuestra propia ciudad y realmente el cochambroso público se adaptaba bien al estilo de música que estábamos intentando a aprender a tocar por entonces.
En realidad la mayoría de esa gente se hicieron en poco tiempo fans nuestros, quizás porque les recordábamos a una versión cutre de los
Them o una versión de los
Rolling Stones en feos. El hecho de que mezcláramos en nuestro repertorio temas de
Sex Pistols,
Ramones,
Johnny Moped,
Slaughter & The Dogs o los
Stooges junto a versiones de “Gloria” o temas de los
Nuggets de
Lenny Kaye parecía no importarles una mierda. Creo que básicamente lo que
apreciaban era la energía que poníamos en el asunto.
Eugene Martin, primer roadie de los
Undertones y editor de un fanzine en aquella época recuerda lo siguiente: “Yo pensaba que el Casbah era un agujero, un antro de perversión, lo peor de lo peor. Olía a mierda y parecía una funeraria. La clientela eran hippies entraditos en años, maricones y putas. Flipaba con la decadencia que se respiraba allí. Si mi madre me hubiera pillado allí me hubiese matado de una paliza. El
Casbah hacía parecer la decadencia de
Berlín casi la d

ecencia que puede haber en una catedral. Pero me gustaba…”
Las alternativa musicales por entonces eran las orquestas donde músicos virtuosos tocaban versiones perfectas de los últimos éxitos de las listas de ventas o los bares donde bandas locales como
King Rat ofrecían versiones de
Thin Lizzy o
Lynyrd Skynrd. Ahora soy suficiente viejo para admitir que flipaba con la versión que hacían del “Jailbreak” de
Thin Lizzy.
Otro local que merece una mención especial es “
the Orchard Gallery”. Al mando de dicha galería estaba el visionario y pensador
Declan Mc Gonigal y allí pudimos ver varios conciertos de los
Undertones o los
Moondogs. Y gracias a esos conciertos conocimos el Arte Moderno, ya que
Declan y
Willie Doherty (el otro encargado de la sala) nos daban invitaciones para las exposiciones. Aunque me atrevería a decir que realmente era la barra libre de vino lo que nos atrajo. Lo más memorable fue el festival “
Come and Feel the Noise” que se hizo durante 3 días en julio de 1979, que acabó con un conciertazo sorpresa de los
Undertones.
Declan ha sido después un renombrado galerista en alguna de las galerías más prestigiosas como el ICA en Londres o el Museo Irlandés de Arte Moderno. Mientras que
Willie hizo una exitosa carrera co

mo artista que culminó con una nominación a los premios Turner en 1994.
En cuanto a las pintas y la moda imperante en
Derry se puede decir que no era precisamente una pasarela de
París. La mayoría de ropa que llevábamos era ropa vieja heredada de nuestros viejos y hermanos mayores o directamente robada. Las pandillas locales solían vestir muy influenciadas por el estilo
skinhead, es decir, con
crombie,
Dr.Martens o
brogues, etc… Por aquí habían también unos cuantos
bikers, con el pelo engominado totalmente y con motos guapísimas con las que controlaban y patrullaban la ciudad. Para los jóvenes de la ciudad, la vestimenta
punk era extraña pero impactante. No había término medio, era o meterse en el punk o ir a patear punks directam

ente. Al principio la mayoría eran del último grupo. Pero poco a poco empezaron a aparecer más punks y cada vez más venían chicos que estudiaban en universidades inglesas empapados totalmente en la nueva estética y música, después de haber tenido la oportunidad de ver en directo a los
Buzzcocks o a los
Jam.Aún así, seguían sin poderse comprar discos de punk-rock en
Paddy Rices’s (la tienda de música de Derry por excelencia).
Los hermanos menores también empezaron a copiar el rollo de sus hermanos y hermanas mayores y se dispararon las ventas de decolorante para el pelo y collares de perro. Copias del “77” de
Talking Heads o del primer LP de los
Ramones sustituían poco a poco en el tocadiscos a los viejos discos de
Status Quo o
Thin Lizzy. Las corbatas del colegio

las aprovechábamos para ponérnoslas aflojadas, los pantalones cada vez pasaban menos por la plancha y eran cada vez más estrechos y colgaban los primeros pendientes e imperdibles de nuestras orejas. Mientras en la mayoría de ciudades de
Gran Bretaña los
mods se hostiaban con los
rockers o los
rockers iban de caza de punks, en
Derry todos co-existíamos juntos en el
Casbah o el
Rock Club con hippies, colgados, rojos, progres y otros de difícil descripción. Quizás por ser una ciudad pequeña y por conocernos casi todos desde pequeños. Aunque
yo pienso que más bien sucedía porque la escena de
Derry no era algo manufacturado, sino que era realmente un modo de escapar de la violencia diaria existente en nuestras calles y de la “normalidad” que aquí era meterse en movidas políticas sectarias. Una normalidad bastante peculiar.
La escena de
Derry lógicamente siempre estuvo dominada por los
Undertones. Ellos mezclaban canciones propias que enganchaban a la primera con unas cuantas versiones de clásicos del rock‘n’roll a una velocidad endiablada para la música que se escuchaba en la época. La excitación y energía que transmitían era pura electricidad. Un verdadero chute de adrenalina.
John O’Neill de
Undertones escribió en el año 2000: “Inevitablemente, después de cierto tiempo tocando surgió la imperiosa idea de grabar un disco y por lo menos dejar constancia de que
Derry tuvo en algún momento de su historia una banda
punk. Y por suerte, a través de un amigo nuestro contactamos con el sello
Good Vibrations y grabamos el primer plástico en
Belfast. Cuando el disco salió a la calle en septiembre de 1978, por lo menos un par de nuevas bandas con una actitud parecida a la nuestra comenzaron a escribir sus propias
canciones y a tocar en directo, así que se fue creando una escena que crecía día a día y que tenía su centro neurálgico, como no, en
The Casbah. Ninguno de nosotros pensábamos ni de coña la reacción que iba a producir “Teenage Kicks”
Siguiendo los pasos de los
Undertones estaban
The Moondogs, habituales teloneros de los
Undertones pese a que a veces se burlaban de ellos en el escenario. Si nunca has oído “She’s
Nineteen”, píllate rápido una copia. ¡Un verdadero clásico punk-pop! Los dos grupos disfrutaron de bastante éxito fuera de
Derry, pero hubieron otros que nunca salieron de aquí que co

ntribuyeron enórmemente a la escena local y la llenaron de una vitalidad, que todavía provoca en los que vivimos dicha época una enorme nostalgia al recordarlo. Hablo de grupos geniales aunque poco conocidos como
Dick Tracey and the Green Disaster,
Idle Threats,
The Sect,
Graffiti o
Corner Boys.
¿Qué es lo que vengo a decir con todo esto? Pues que lo más importante del éxito de los
Undertones y los
Moondogs fue que proveyó a pequeñas bandas y músicos olvidados y otros novatos de una plataforma para darse a conocer y en muchos casos desarrollar un posterior carrera como artistas. Por ejemplo la banda más infravalorada de los 80 como fueron los brillantes
That Petrol Emotion u otros bandas que tuvieron sus breves minutos de gloria
en los años 80 como
Bam Bam,
The Calling o ya en los años noventa
D-Ream y su hit en el Reino Unido “Things Can Only Get Better”.
Y todo fue gracias al lema “¡Si ellos pueden hacerlo yo también!” que no hubiese existido de no ser por el punk. El
punk fue una actitud musical y política que sin ninguna duda ayudó
a cambiar el punto de vista muchas cosas y la manera de vivir y relacionarse a personas como yo y muchas otras Fue y sigue siendo una poderosa herramienta para un cambio positivo, no únicamente en Irlanda, sino en la siempre cambiante cara de Europa.